¿Y qué?

¿Y qué importa si te dicen que no puedes hacer algo?

¿Qué no puedes por cómo eres física o psicológicamente?

¡Anímate hombre! Si eres cojo en autodeterminación, vas, te instalas una pierna ortopédica de confianza, especialmente de las que te aconsejan tu familia y amigos y te enfrentas a tus problemas. Porque si has dado tu compromiso a algo, si por un momento has querido hacer algo con tus propias manos. ¡Hazlo! Tan solo con el hecho de haberlo intentado llegar hasta el final merece mérito. Especialmente si quieres ejercer el arte que tú siempre habías admirado.

Inspírate en aquello que te ha fascinado en vez de compararte inferior a ello. Porque tú tienes el potencial de hacerlo igual o mejor y que cualquier fallo tan sólo es una parte del proceso. Siempre puedes aprender de tus errores. Por lo tanto, sólo tengo una última cosa que decir: ánimo y al toro.